Después de varias sesiones, fui con mi entrenador a la playa a hacer ejercicio, para disfrutar de la brisa marina y salir de las cuatro paredes del gimnasio. Fue un gustazo y me esforcé al máximo, pero cuando empecé a estirar mis piernas me di cuenta de que había logrado poner muy cachondo a mi entrenador. De hecho cuando vimos que no había nadie cerca, acabamos dándole al sexo sobre la arena y quemando calorías con un polvazo al aire libre.