Además de tener que vender una casa, Delilah Day tuvo que lidiar con el comprador que casualmente, es un escritor famoso al que sigue desde hace tiempo. Logró convencerle para que firmase el contrato y además, le hiciese el favor de hacer lo mismo con uno de sus libros. Descubrió que era una fan y tras un breve flirteo, logró convencerla para que le acompañase al dormitorio y estrenar así la casa como es debido. No pudo resistirse y finalmente, la joven rubia acabó untada en aceite y dejando que su ídolo le metiese la polla hasta el fondo.