Se supone que iban a ir a la playa, pero cuando su chica se puso el bikini y vio como apenas podía aguantar ese par de tetazas, acabó poniéndose muy cachondo. Ella se dio cuenta y en ese momento acabó meneando su trasero y le hizo compañía en el sofá. Los dos se tenían muchas ganas, así que pasaron de la playa y terminaron sin ropa en el salón, donde se marcaron un polvete casero muy bestia, que incluyó unas buenas pajas cubanas gracias a ese par de pechotes.