Hace poco esta jovencita aceptó el trabajo de pornochacha, el cual consistía en servir a este tipo, pero luciendo palmito medio desnuda por casa. Lo que pasa es que con el último desayuno la chica no se lo curró demasiado y su jefe no andaba muy contento. Ella se disculpó y le dijo que acataría cualquier castigo, así que se sometió en una sesión bdsm en el salón, donde terminó a cuatro patas y sintiendo su rabo a lo bestia dentro de su coño.