Aunque tenía mucho trabajo en la oficina, Sienna Day oyó unos rumores sobre su jefe en los que se decía que el tipo estaba muy dotado. De repente a la rubia le entraron ganas de comprobar si eran ciertos y se encerró en su despacho para averiguarlo. El tipo no podía creerse lo que estaba pasando, pero cuando tuvo a esa tetona abierta de piernas y lista para la acción, no dudó en seguirle el juego y en terminar follándosela sin descanso.