Tenía al fin vacaciones y esta rusa tatuada lo tuvo claro, quiso alejarse del frío de su país natal y pasarse unos días en un lugar más cálido. Nada más llegar, se fue directa a la playa y se relajó sobre la arena, hasta conocer a un chico bastante simpática. Hizo buenas migas con él, tanto como para invitarle a pasarlo en grande en su apartamento. Y es que nada más llegar, no solo le ofreció una copa sino también su coño y su culo, en una follada donde el chaval se puso las botas y penetró sus dos agujeritos.