Tocaba revisión de su local y para ello, apareció Romi Rain que debía redactar un informe para darle el visto bueno y ver que cumplían con toda la legalidad. Parecía que no tenía todo en regla, pero en un sobre le metió un buen fajo de billetes a modo de soborno, algo que la morena aceptó de buen agrado. Aunque le pareció poco y al final, quiso también probar su polla en el sofá, hasta saciar sus ganas de sexo y gozar mientras penetraba su coño.