Después de probar con mi anterior pareja a grabarnos en la cama follando, quise ponerme un nuevo reto y decidí apuntarme a un casting porno. Me daba mucho morbo la idea de ponerme delante de una cámara a tener sexo y si con ello podía además ganar dinero, pues mucho mejor. Así que fui con las mejores ganas y saqué a relucir mi cuerpazo y mis tetas, hasta abrirme de piernas y dejarme llevar durante la follada que me metieron.