No sabía muy bien para que lo quería su tía gordita, pero pudo comprobarlo nada más llegar a su piso. La señora quería probar su polla y cumplir así una fantasía, como era la de follarse a su propio sobrino. Al principio la idea no le pareció nada buena, pero poco a poco el morbo por darle a semejante madura fue subiendo, hasta no poder resistirse. De hecho hasta terminó grabándolo en vídeo, para dejar constancia de semejante follada incestuosa.