Después de unos meses trabajando como sirvienta en casa de esta pareja, la rusa Cassie Fire se sentía muy cómoda y había cogido mucha confianza con los dos. Tanto es así que una tarde pasando la fregona, vio como su jefe le ofrecía un masaje relajante y aceptó tumbarse para dejarle sobar sus piernas. Poco a poco fue subiendo el tono del momento, hasta que notó el empalme que llevaba encima y decidió actuar, chupándosela y pidiéndole que le diese por detrás en el sofá.