Aunque en apariencia parece una chica muy dulce, lo cierto es que August Ames es una golfa y adora el sexo duro. De hecho, se aburría por la tarde y empezó a masturbarse a solas en el sofá, hasta que apareció su chico. Nada más verla tan necesitada, decidió sacarse el rabo y ella comenzó a chupárselo como la profesional que es, antes de recibir un polvazo bestial en toda regla, que la llevó al orgasmo y que dejó al final su cara cubierta de lefa.