Tras pasar la noche en casa de su amigo, por la mañana se vio solo y con la única compañía en la cocina de su madre tetona. La señora estaba preparando el desayuno en ropa interior y como no, el jovencito no pudo evitar fijarse. Estaba claro que entre los dos había surgido una chispa que al final, decidieron sofocar en el dormitorio con un polvazo casero juntos, intentando tener cuidado para que su amigo no les acabase pillando de lleno.