Después de unos días en el gimnasio, a Mia Li se le metió entre ceja y ceja su entrenador, el cual será su próxima «víctima». Y es que para la sexy asiática, no hay nada mejor para quemar calorías que el sexo, así que usó todas sus artimañas y su cuerpazo para conseguir seducir al tipo. Cuando la vio sacando sus melones en el gimnasio y usando la bici estática para hacer ejercicio, no pudo resistirse y acabó complaciendo a la oriental con un polvazo.