Tocaba limpieza general de las celdas de la cárcel y estas dos limpiadoras se pusieron a ello. Lo que pasa es que en un momento dado, coincidieron con uno de los presos que les pidió que lo liberasen de sus cadenas. Ellas se ofrecieron a ello, pero a cambio querían algo y al final lo consiguieron. Y es que deseaban probar su rabo en un trío, algo que el chico acabó por darles a las dos llegando incluso a encular a una de esas golfas.