Antes de salir de compras, estas dos jovencitas quedaron para merendar algo pero parece que el hambre que tenían era más bien de sexo. Solo así se explica como empezaron a darse besitos en la cocina, hasta quitarse los vestidos y terminar comiéndose los coños. Acabaron yendo al salón y cuando se sintieron cómodas en el sofá, continuaron con el tema y pasaron una tarde de sexo lésbico inolvidable.