Un desconocido se le acercó a esta japonesa, tras ver lo sexy que es y para ofrecerle algo. Y es que se gana la vida grabando porno amateur y pensó que un polvete con una asiática debía vender y mucho. Ella se lo pensó y al final, aceptó de buena gana ya que follar le encanta y más aun si piensan pagarle. Buscaron un lugar apartado y dieron con un edificio abandonado, donde la muy golfa se desfogó a gusto con esa intensa follada.