Tras decidir hacer reformas en casa, esta gorda infiel no paró de mirar al tipo encargado de hacerlo, pensando en lanzarse sobre su rabo. Desea hacerlo ya que su marido apenas la toca y está harta de no sentir el calor de un hombre de una vez por todas. Al final consiguió convencer a ese tipo usando sus curvas y sus tetazas, hasta follárselo en medio del jardín y disfrutar por el culo de una buena follada anal en el sofá de casa.