Siempre que puede, este tipo y su esposa gordita intentan tener algún momento romántico. En este caso, encendieron la chimenea y se pusieron a darse cariño en el mismo suelo, hasta acabar follando duro juntos. La señora se puso a cuatro patas y esperó a que su marido penetrase su coño hasta el fondo. Mientras la embestía, sus pechos no pararon de rebotar y ella disfrutó de esa tarde tan intensa de folleteo.