Estaba leyendo el periódico antes de irse a la cama, cuando de repente el marido de esta esposa gordita apareció por el dormitorio con ganas de un poco de sexo. Ella le siguió la corriente y en seguida se lanzó a por su rabo, sacándole brillo como solo ella sabe hacerlo. Lo que vino después fue un polvazo que les recordó a cuando eran más jóvenes, algo que llevó a la milf a gemir de gusto como hacía años no lo hacía, antes de acabar la faena con la corrida de su hombre en toda la cara.