Aunque estaba bien con mi novio, un día conocí a un chico negro y empecé a fantasear con probar su polla en la cama. Se estaba convirtiendo en una obsesión y para ser justa, decidí dejar a mi pareja y el mismo día, quedé con el mulato en mi casa. Le convencí para que se metiese en mi cama y finalmente, pude al fin zamparme su verga y darme un atracón de sexo interracial. Nunca había tenido a mano una polla tan gorda y por eso quise aprovechar la tarde chupándosela hasta atragantarme y dejando que me penetrase hasta dejar mi coño mojadito.