A esta morena le preguntaron que era lo que más le gustaba llevarse a la boca y contestó dos cosas, la paella y un buen pollón. Pronto quisieron hacer realidad sus deseos y aunque no tenían a mano los ingredientes para la paella, lo que si estaba a su alcance era un buen semental con el que la muy zorra pudiese disfrutar. Al ver su rabo pronto se lo llevó a la boca, para luego disfrutaron en la cama y gemir de puro placer con cada orgasmo que le provocaba.