Con mi marido en el trabajo, me quedé a solas en casa y sentí la necesidad de darme placer. La noche anterior no llegamos a follar y yo tenía todas las ganas, así que me quedé desnuda y comencé a meterme mano. Poco a poco me fui poniendo cada vez más cachonda hasta que al final, acabó usando mis deditos sobre mi coño y masturbándome intensamente, hasta llegar al orgasmo a solas.